domingo, 1 de noviembre de 2015

Dicen que...

Dicen que las cosas siempre pasan por algo.
Que diciembre se vuelve cálido si alguien te abraza con el corazón.
Que la lluvia no moja la piel si tus labios se encuentran entre los suyos.
Que lo que cala, verdaderamente hasta tus huesos, es su sonrisa.

Dicen que un mal día lo tiene cualquiera.
Que es tiempo de aceptar decisiones.
De asumir despedidas.
De volver abrir heridas que ya habíamos escondido.

Dicen que, el hombre, es el único ser que tropieza tres veces con la misma piedra.
Que depositamos nuestra felicidad en personas que nos sobran.
Que lo que más duele, es ver como alguien destruye nuestras ilusiones.
Que intentemos pensar que podrían hacer por nosotros, lo que haríamos por ellos.

Dicen que los pequeños detalles, llegan a ser los instantes más valiosos de la vida.
Que una mirada puede rompernos por dentro, aún más, que una lágrima.
Que un "hola" puede cambiarnos el día, incluso la vida, por completo.
Que una simple caricia, puede erizarnos todo el vello.

Dicen que, aún, quedan almas nobles.
Que pueden salvarse de la arrogancia y el egoísmo.
Que nos hacen mantener la fe al querer encontrarlas.
Que nos hacen pensar "aguanta un poco más".

Todos necesitamos sentirnos débiles de vez en cuando. Necesitamos que nos recuerden quiénes somos y por qué nos levantan tras la caída.
En los momentos de flaqueza, cuando más cercanía necesitamos, es cuando más nos empeñamos en expulsar a esas personas de nuestro lado. A mayor tristeza, mayor arrogancia.
Tememos a los sentimientos. Tememos a sentir de verdad.

Hay días que no salen lágrimas. Ya es costumbre la resignación.

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